anegdota 2

Normalmente los fines de semana haciamos el viaje a la Cisterna para ver a
la Lala y al Lolo, ahí nos juntabamos con los Phillips galleguillos y esto era
suficiente para iniciar una aventura en la quinta de Condell, pero no siempre
era ingeniosa si no que mas bién osada o maldadosa.
Una tarde sacamos el revolver del Lolo para entretenernos en la "casa del
fondo", este juego consistía en uno disparaba los fogueos en direccion de una
ventana y el otro con una piedra lanzada desde otro angulo rompía el vidrio,
esto daba la sensación de el disparo era real. Bién, así pasamos gran parte de
la tarde hasta que guardamos el revolver cuidadosamente en el mismo lugar que lo
ocultaba el Lolo, pero esa noche al Lolo se le ocurrió que lo acompañaramos a
cerrar los gallineros y a poner candados a la "casa del fondo" y para ello saco
el revolcer de su lugar por -"si a caso andaba algún ladron de gallinas por
ahí"-, lo que no sabía era que el revolver no tenía fogueos ya que lo habíamos
gastados todos.
Al llegar al fondo de la quinta pasó lo que mas temíamos, ¡un ladron!
imaginense el miedo y lo paralisados que quedamos con darwin, pero el lolo saco
fuerza y valentia y le grito al ladron; parate conchade..... o te disparo, a esa
altura nosotros ya llevabamos 3 pasos hacia traz, como el ladron siguio
corriendo y tratando de trepar un muro el lolo disparo 3 tiros escuchandose 3
click, click, click, estupefacto gritó, -¡ esta huevá no tiene balas! y se dio
media vuelta y arrancamos para la casa por el parrón largo, demas esta decirles
al interrogatorio que fuimos sometidos y que con mucha entereza "negamos
cualquier responzabilidad en los hechos".

Eramos tan solo noños.